Jorge y Sandy Benitez
Palmdale, CA
En 1980, cuando Jorge Benitez llegó a California desde El Salvador, puede no haber considerado a un observador como alguien quien construiría un gran negocio de servicios financieros. “No tenía dinero, no hablaba inglés”, recuerda Jorge.
Pero Jorge tenía algo más que le serviría mucho: un imperioso deseo por tener éxito.
“Dejé mi primer trabajo como ayudante para empezar a hacer entregas para los estudios de películas. En ese trabajo, veía mucha gente viviendo con lujo y quería algo mejor para mí, sólo que no sabía cómo llegar allí”.
Jorge continuó creando una vida en su nuevo país. Conoció y se casó con Sandy, también de El Salvador. Ambos trabajaban y luchaban por una vida mejor. Entonces un día, uno de los compañeros de trabajo de Sandy vino a hablarles sobre Primerica. “Me enganché después de los primeros cinco minutos”, rió Jorge. “Vi cómo las cosas podían ser mucho mejor y sabía que podía ayudar a que sean mejor!”
Después de su comienzo en 1988, Jorge y Sandy ganaron tanto dinero durante su tercer mes con Primerica que Sandy decidió trabajar en el negocio a tiempo completo. “Sólo llegó a casa un día y me dijo que había dejado su empleo y se iba a dedicar 100 por ciento a Primerica”, recuerda Jorge. “Me uní a ella a tiempo completo al mes siguiente. Una vez que hicimos eso, comenzamos realmente a despegar”.
Para su tercer año en Primerica, a Sandy y Jorge les iba muy bien financieramente. “Ahora mi familia tiene opciones con las que nunca me hubiera permitido soñar”, sonríe Jorge. “Mis dos hijas pueden hacer lo que desean y podemos apoyar sus sueños. Pero lo mejor de estar en el negocio con Primerica es que no se trata sólo de mi familia directa, se trata de todas las demás personas que hemos podido ayudar. Podemos mirar hacia atrás a literalmente miles de vidas de personas que cambiamos para mejor”.
“Y ahora, con el crecimiento de la comunidad hispana en los Estados Unidos”, continúa Jorge, “la necesidad del enfoque de Primerica en la educación financiera y las soluciones es mayor que nunca, para quienes viven ahora y para quienes aún no han nacido”.
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